¿Quién dijo que París solo es encantador desde la torre Eiffel? Madres, vamos. Hoy hablamos de las norias en París, esos gigantes aéreos que, aunque a muchos les puedan parecer una versión glamorosa de un carrusel, tienen mucho más escondido en sus alturas.
Las norias, como todo en París, no solo están ahí para que te hagas un selfie. Ah, no. Son puntos estratégicos de esa perspectiva mágica que solo la capital francesa puede ofrecer. Y sí, te roban el aliento. Literalmente. La primera vez que subes te sientes un poco como si estuvieras volando en algún lado entre una nube de croissants y la Joconde (la Mona Lisa para los no tan versados en francés).
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La Grande Roue de Paris: El Circo en el Cielo
Recuerdo la primera vez que subí a la Grande Roue de Paris, ubicada en la Place de la Concorde. Era una de esas tardes parisinas donde el cielo está más azul que el mismísimo Can-Can. Mientras esperaba mi turno, observé cómo chicos y grandes echaban un vistazo nervioso a esa rueda gigante, buscando en vano algún punto de referencia en el cielo.
Una vez arriba, el silencio. Nada, ni un susurro del bullicio abajo llegaba. Solo se escuchaba el leve zumbido del motor. Y ahí estaba, una vista de 360 grados de la ciudad. La Torre Eiffel parecía un pequeño soldado de plomo, y el río Sena se plegaba como una elegante serpentina de papel. Puedes ver desde el Sacré-Cœur hasta los Inválidos. Es mejor que Google Maps en alta calidad.
Consejos del Trastero
No es necesario que te saques el abrigo para esa foto instagrameable. Créeme, nadie quiere ver tus escalofríos en vídeo. Lleva siempre algo abrigado porque la altura, más el viento, pueden jugarte una mala pasada.
Le Village de la Défense y su Toque Modernista
A tan solo unos minutos en RER del centro, llegando a La Défense te topas con algo que ni siquiera parece París. Ya sabes, esa sensación de que has dejado atrás lo histórico y bohemio por una versión sofisticada y hasta futurista de la burbuja urbana.
En plena esplanada, cada Navidad instalan una noria en medio de un mercado navideño que parece sacado de una película. Y si bien la noria aquí es un poquito más modesta en tamaño comparada con la gigantesca de la Concorde, te ofrece una vista completamente diferente.
Desde aquí, la Torre Eiffel aquí aún aparece en el horizonte, pero este panorama modernista te brinda un encanto único. El truco está en visitar de noche. Las luces de los rascacielos que rodean el área se mezclan con las del mercado navideño, creando un ambiente casi surrealista. Mi último recuerdo distintivo es ensayar un “Santé!” con un vin chaud (vino caliente) antes de subir, y ver cómo las luces dibujaban constelaciones improvisadas en el reflejo de la noria.
Tips de Supervivencia
La mayoría de los visitantes se dejan atrapar por los puestos de comida antes de ir a la noria, pero si comes después de subir, evitarás repetir. Si me entiendes. Aunque, claro, una galleta de jengibre como recompensa post-vuelo siempre se agradece.
Conclusión Apoteósica
Las norias en París no son solo atracciones, son pequeñas odas a la majestuosidad de la ciudad desde ángulos prácticamente secretos. Tanto si prefieres el clasicismo de la Grande Roue de la Concorde como la perspectiva futurista de La Défense, hay un vuelo para cada tipo de espíritu soñador.
Curiosidades Frescas como una Lechuga
¿Es mejor subir de noche o día?
Aquí depende de lo que quieres ver. De día, el horizonte es visibilidad impresionantemente clara. De noche, las luces de la ciudad son un espectáculo en sí mismas. Mi consejo: haz ambas y decide tú mismo.
¿Se permite tomar fotos desde la noria?
¡Por supuesto! Pero ten cuidado, siempre hay el riesgo de que un mal movimiento y tu gorro (o tu móvil) acaben en el Sena.
¿Cuál es el mejor momento para subir?
Evitando las hordas de turistas (sí, ya sé, buenas suertes esquivándolas). Si puedes, intenta ir entre semana y lejos de las horas pico de visita turística.
