¿Mathcore? ¡Ah, el caos musical elevado a su máxima expresión! Hablemos de los instrumentos que lo hacen vibrar, que le dan vida a un género tan frenético y complejo. No nos engañemos, el mathcore es como ese amigo que siempre está a mil por hora, lleno de sorpresas y giros inesperados. Pero, ¿qué es lo que realmente se necesita para dominar ese sonido? Vamos a desglosarlo.
Guitarras: El Corazón del Mathcore
Empecemos con las guitarras. En mathcore, las guitarras son la base sobre la que se construye todo. Y no, no vale cualquier guitarra. Buscas instrumentos capaces de hacer riffs que te machaquen y solos que te frustren. Generalmente, se prefieren guitarras de cuerpo sólido, algo como una Gibson Les Paul o una Ibanez. Estas joyas generalmente están equipadas con pastillas de alta ganancia. Cuanto más crujiente, mejor. ¿Por qué? Porque necesitas que ese sonido rasposo y agresivo penetre en tu cerebro.
¿Y las afinaciones?
La afinación es otro rollo. Muchos mathcorecos optan por afinaciones bajas. Buscan que la tonalidad susurre “muerte” mientras grita “frenesí”. Ya sabes, afinaciones como Drop C o incluso más bajas. Olvídate de esas melodías dulces y suaves. Aquí se trata de cortes abruptos, cambios de tempo y riffs que suenan como una tormenta.
Baterías: El Motor que No Se Detiene
Pasemos a las baterías, porque lo que te atraviesa en mathcore no es solo la guitarra. Es el bombazo de la batería. Lo que pasa aquí es que la percusión tiene que ser precisa y loca al mismo tiempo. Estas baterías no son solo un fondo, son el motor que arrastra todo. Drum kits bastante robustos, con un buen bombo y un snare que haga temblar las ventanas. Y el uso de los double pedals… ¡Ni hablar! Eso tiene que estar presente. Los cambios extremos entre blast beats y ritmos complejos son lo que hacen el mathcore tan emocionante. A veces parece que elbaterista está en su propio viaje, mientras la banda lo sigue.
Electrónica y Producido
Ahora, no olvidemos que hay bandas que integran sonidos electrónicos, efectos y hasta programaciones. Esto le da otro nivel al mathcore. Introducir sintetizadores o efectos raros entre las secciones puede ser un truco creativo que suma a esa atmósfera caótica. ¡Los límites son inexistentes! Piensa en bandas como The Dillinger Escape Plan que han jugado con esto como si fuera un juego de niños.
Voz: Gritos y Melodías
Pasemos a las voces. Aquí no es suficiente ser un buen cantante. Te toca ser un animal escénico. Las voces suelen ir desde gritos desgarradores hasta melodías casi melancólicas. ¿Y eso qué significa? Que la habilidad vocal tiene que ser diversa. No te quedes en el grito convencional, busca técnicas como el growling o el screaming. Diversidad es la clave aquí. La interacción entre voces limpias y gritadas crea una dinámica que te atrapa.
Las Letras: Locura y Creatividad
No seamos ciegos, el mathcore no solo es ruido. Aunque parezca que el caos es lo único que hay, las letras pueden ser profundas y filosóficas. A menudo son menos sobre el amor y más sobre lo existencial, lo social y lo oscuro. Si observas las letras de bandas como Converge, te das cuenta de que hay mucho más en su mensaje, aunque te revienten los oídos.
El Toque Personal
Cada banda tiene su propio enfoque, su propio sonido. Algunos se enfocan en lo técnico, otros en la brutalidad. Hay quienes optan por una mezcla que eleva el género. ¡Qué se yo! Lo importante es el sentimiento que te dejan. Hay que experimentar. Así que, se trata de encontrar lo que resuena contigo. Hay un montón de matices en el mathcore que no conocías y que te pueden sorprender.
Resumen Rápido
- Guitarras: Cuerpo sólido, afinaciones bajas.
- Baterías: Precisión y locura, imprescindibles.
- Voz: Diversidad y técnica de gritos, un must.
- Electrónica: Efectos y programaciones, aportan atmósfera.
- Mensajes: Letras profundas, nada de superficialidades.
- Toque personal: Cada banda es un mundo, hay que explorar.