Bueno, la respuesta rápida es: sí. Pero, no nos hagamos los locos, esto no es tan simple como suena. Si hablamos de software de detección de plagio, claro que puede pescar parecidos en el lenguaje o en el contexto, incluso si el contenido lo generó una IA como Chat GPT. Pero aquí viene lo interesante: aunque lo pueda detectar, no siempre es un paseo por el parque. Ahora te cuento por qué.
Chat GPT, para los que no lo sepan, es básicamente una máquina de escribir humana. O sea, genera texto como si lo hubiera hecho una persona real, y en algunas situaciones, la cosa se complica porque… bueno, ¡se parece demasiado al trabajo de un humano! Pero ese es justo el problema cuando lo usas en tareas académicas. Obvio, ahí es cuando todos empiezan a preguntarse: ¿será que los detectores de plagio lo pillan?
Y aunque la respuesta es «sí» en teoría, también es un «depende». Depende de cómo se usa el software, de cómo esté programada la IA, y de qué tan listo sea el que está revisando. En fin, que la cosa tiene sus matices. Vamos por partes.
¿Qué es Chat GPT y por qué importa?
Chat GPT es una IA que te puede sacar de apuros cuando necesitas generar texto rápido. Y no hablo de cualquier texto, hablo de cosas que parecen escritas por un humano común y corriente. ¿Te imaginas? Tiene más de 175 mil millones de parámetros (sí, mil millones), lo que significa que puede ajustar lo que escribe de una manera bastante loca.
Hasta ahí todo bien. El problema es que ahora lo están usando para escribir ensayos, trabajos académicos, y hasta cosas que, supuestamente, deberían reflejar el esfuerzo individual de alguien. Y ahí empiezan los líos. Porque claro, cuando tú entregas algo que Chat GPT te ha «ayudado» a escribir, es cuando la universidad te mira de reojo. Porque si lo usan para hacer trampa, se empieza a hablar de falta de integridad académica. Y ahí entra la gran pregunta: ¿Cómo rayos detectan si es Chat GPT el que escribió eso?
¿Plagio detectado o no?
Aquí es donde todo se pone interesante. Los programas para detectar plagio, como Turnitin o similares, se dedican a escanear tu texto y compararlo con un montón de otros textos que ya existen por ahí. Si detectan algo muy parecido o idéntico, ya estás en problemas. Pero, ¡espera un momento!, porque Chat GPT no copia tal cual de otros textos. Lo que hace es generar contenido original a partir de un montón de datos con los que fue entrenado.
Entonces, ¿puede una herramienta de detección de plagio encontrar coincidencias? Pues sí, más o menos. Porque aunque la IA no esté «copiando» directamente, sigue usando patrones de lenguaje y estructuras que se parecen a lo que ya existe. O sea, no es un copy-paste descarado, pero los programas pueden encontrar ciertas similitudes en el tono, las palabras o el estilo.
Los retos de detectar contenido generado por Chat GPT
Ahora, hablemos claro. Detectar esto no es un paseo. Hay tres cosas principales que lo complican:
1. Chat GPT es demasiado bueno
O sea, es muy sofisticado. El nivel al que llega para escribir cosas que parecen 100% humanas es impresionante. Puede crear oraciones que tienen sentido, que están en contexto y que no suenan robóticas para nada. Lo que pasa es que, si lo lees por encima, ni te das cuenta de que fue una máquina la que lo escribió. Es como si le pidieras a un amigo que te ayude a hacer un ensayo, y luego tratas de pasarlo como propio. Los detectores de plagio no la tienen fácil aquí.
2. Falta de datos para comparar
Otro gran lío es que los detectores de plagio se basan en un montón de datos para comparar textos. Pero resulta que, como el uso de Chat GPT para estas cosas es relativamente nuevo, no hay tantos ejemplos con los que se pueda comparar. Entonces, por más bueno que sea el software, si no tiene suficiente material con qué medir, va a tener problemas detectando si alguien usó o no una IA para generar el texto.
3. Trucos para burlar los detectores
Ahora, no vamos a hacernos los inocentes. Siempre hay gente buscando formas de engañar a los programas de detección de plagio. Y adivina qué, con Chat GPT pasa lo mismo. Algunos le cambian el orden a las oraciones, otros usan sinónimos, o simplemente parafrasean el texto lo justo para que no suene idéntico al original. Y sí, Chat GPT también puede hacer eso por ti si lo sabes usar bien.
Es decir, tú puedes pedirle a la IA que te haga un texto y luego, si le das un par de retoques —sinónimos por aquí, una estructura diferente por allá—, ¡voilà! Pasas por debajo del radar de muchos detectores de plagio. Lo cual, claro, convierte el trabajo de las universidades y de estos software en una auténtica pesadilla.
¿Qué tan fiables son los detectores de plagio para detectar contenido de IA?
A ver, no nos engañemos. Los programas de detección de plagio no son infalibles. Aunque Turnitin y otros están trabajando en herramientas específicamente diseñadas para detectar contenido generado por IA, la cosa no está tan clara todavía. Es como intentar atrapar a alguien que está haciendo trampa en un examen, pero que se ha aprendido todas las mañas posibles para no ser descubierto.
Por ejemplo, Chat GPT puede escribir de tal manera que parece que cada palabra y frase es completamente original. Entonces, aunque el detector de plagio pueda encontrar similitudes, a veces esas similitudes no son suficientes para acusar a alguien de haber hecho trampa. Y para los estudiantes más espabilados, hacer un par de cambios para que el texto pase como propio es pan comido.
Así que, sí, los detectores pueden ser útiles, pero no te confíes demasiado en ellos. La IA está avanzando más rápido de lo que estos programas pueden seguirle el paso. En el fondo, siempre habrá una carrera entre los que buscan hacer trampa y los que intentan detectarlo.
El futuro de la detección de contenido de IA
Ahora, ¿qué nos espera a futuro? Pues Turnitin, y otras compañías que hacen software de detección, están quemándose las pestañas para mejorar sus herramientas y poder detectar contenido generado por IA como Chat GPT. Van a usar algoritmos más avanzados para identificar patrones en el lenguaje que delaten a la IA. Pero, ¿sabes qué? Los que usan IA para escribir también van a seguir mejorando sus técnicas para evitar ser detectados. Esto es como una pelea de boxeo sin fin.
Y mira, lo que viene puede ser interesante. Si las universidades se ponen las pilas, van a tener que cambiar la manera en la que evalúan a los estudiantes. ¿Por qué? Porque si seguimos confiando en que los detectores de plagio van a atrapar a todos los que usen Chat GPT, vamos a estar un paso atrás. Tal vez la solución no sea depender tanto de estos programas, sino cambiar la forma de enseñar y de evaluar. Al final, lo importante es que los estudiantes piensen por sí mismos, ¿no?
¿Qué puede hacer una universidad para evitar esto?
Mira, si yo fuera una universidad, lo primero que haría sería dejar de depender tanto de las herramientas de detección de plagio. A ver, no digo que las boten a la basura, pero está claro que no son suficientes para enfrentarse a Chat GPT y sus «trucos». Entonces, ¿qué opciones hay? Pues algo más básico: cambiar el enfoque de las tareas.
Primero que todo, temas que inviten a pensar. Si solo das tareas donde la respuesta se puede encontrar fácilmente o, peor aún, donde Chat GPT te puede sacar un texto decente en cinco minutos, entonces estás perdiendo la batalla antes de empezar. Pide cosas que exijan un poco de cabeza, algo que no sea solo repetir información de aquí y allá. Por ejemplo, temas más reflexivos, análisis profundos, cosas que obliguen al estudiante a hacer una verdadera investigación.
Otra opción, que a muchos no les gustará pero que es efectiva, es usar métodos de evaluación diferentes. ¿Por qué no hacer más exámenes orales? Sí, suena anticuado, pero es mucho más difícil hacer trampa si tienes que defender tus ideas cara a cara. O presentaciones en grupo, proyectos en clase… esas cosas que requieren que de verdad sepas de qué estás hablando.
En fin, no digo que sea la solución definitiva, pero con esto al menos le das menos espacio a la IA para meterse en el juego.
Entonces, ¿qué hacemos con Chat GPT?
Bueno, aquí es donde las cosas se ponen grises. Porque claro, Chat GPT puede ser una herramienta súper útil, incluso para los estudiantes. No se trata de demonizarla ni de decir que usarla está mal de por sí. El problema es el mal uso que se le puede dar. Como todo en la vida, ¿no? Una cosa es usarla para que te ayude a organizar tus ideas o generar un borrador, y otra muy distinta es entregar lo que la IA te saca sin siquiera revisarlo.
Ahora bien, si decides usar Chat GPT para escribir un ensayo, pues es tu responsabilidad, y también corres el riesgo de que te pillen. Porque, como dije antes, aunque no sea fácil, sí es posible que el software de detección te delate. Pero más allá de eso, está el tema de la integridad académica. Al final del día, si estás en la universidad, se supone que deberías estar ahí para aprender, no solo para pasar con la ayuda de una máquina.
Y aquí es donde te dejo pensando. ¿Vale la pena jugársela con Chat GPT? Depende de ti, pero yo diría que lo uses con cabeza. A veces, la tecnología está ahí para facilitarte la vida, no para hacer el trabajo por ti.