DeppGPT. Ese nombre ya me suena raro, pero vamos a ver qué es esto. Básicamente, es un chatbot que no te va a dar las respuestas que esperas. De hecho, es todo lo contrario. ¿Por qué? Porque la gracia de DeppGPT es que es sarcástico, absurdo y te responde con tonterías. Sí, tal cual. Si le preguntas algo serio, te va a salir con una cosa como que el presidente de Alemania es Elmo de Plaza Sésamo. ¡Y lo peor es que no le importa! Este chatbot está diseñado para ser así, para burlarse un poco de las conversaciones normales que tenemos con la tecnología.
La verdad, es que me da un poco de risa porque normalmente los chatbots están diseñados para ayudarte, para resolverte problemas y cosas. Pero acá, el objetivo es más bien hacerte perder el tiempo. Eso sí, la gente lo adora. Al parecer, en Alemania está pegando fuerte, y todo gracias al sitio de sátira «Der Postillon», que es donde lo están usando. Y claro, con más de medio millón de interacciones en los primeros días, algo deben estar haciendo bien.
¿Pero de dónde salió DeppGPT?
Bueno, resulta que DeppGPT lo creó una empresa llamada Steckenpferd Enterprises UG, que básicamente tomó el modelo de ChatGPT de OpenAI y le dio un toque de humor bastante… ¿cómo decirlo? Ácido. No es para todo el mundo, eso está claro, pero si te gusta que un chatbot se burle de ti, entonces este es tu lugar. Lo loco es que todo este sarcasmo y esas respuestas raras, no necesitan un súper entrenamiento especial. Ellos usaron el mismo modelo de ChatGPT, sin más, y con un par de ajustes lograron que DeppGPT te haga sentir como si estuvieras hablando con un amigo que tiene un humor bastante negro.
Ah, y si te preguntas, «¿por qué lo hicieron?» Pues, honestamente, creo que ni ellos mismos lo saben. Simplemente, en lugar de seguir la tendencia de hacer chatbots que resuelvan problemas, decidieron hacer lo contrario: un chatbot que te dé respuestas que no sirven para nada. Y claro, eso a la gente le parece divertido.
Respuestas absurdas… y sin sentido
Te cuento una de las mejores cosas (o peores, depende de cómo lo veas) de DeppGPT. Es cómo responde a preguntas serias. Pregúntale, por ejemplo, quién es el presidente de Alemania y te suelta algo como «Elmo de Plaza Sésamo» o, peor aún, te dice que es un pretzel gigante de Baviera. ¿Te imaginas? Y lo mejor es que lo hace con total seriedad, como si esa respuesta tuviera todo el sentido del mundo.
Otra cosa que me parece brutal es cómo no tiene ni un poquito de tacto para decirte las cosas. Le preguntas, por ejemplo, cómo mejorar tu apariencia, y te suelta algo del tipo: «Primero que todo, ponte una bolsa en la cabeza». Así de duro. Y claro, ahí es cuando te das cuenta de que este chatbot no tiene ningún interés en ser amable o en hacerte sentir bien. Su misión es clara: hacerte reír o, al menos, dejarte pensando «¿qué carajos acaba de pasar?».
¿Cómo funciona DeppGPT?
Aquí va lo técnico, pero no te preocupes, lo voy a simplificar. Básicamente, DeppGPT usa un modelo de lenguaje basado en ChatGPT, que está entrenado para entender y generar texto de manera muy similar a cómo lo haríamos los humanos. Así que cuando tú le escribes algo, él toma esa información, la procesa con toda su magia de inteligencia artificial y te devuelve una respuesta… que, en este caso, suele ser una tontería o un comentario sarcástico.
Lo interesante es que Der Postillon, el sitio que lo usa, no necesitó hacerle grandes cambios a la IA. Simplemente le dieron unas cuantas instrucciones para que respondiera de la manera en que ellos querían: de forma sarcástica, absurda, y a veces medio grosera. Y lo mejor (o peor, según lo veas) es que la IA decide sola qué responder. O sea, nadie está detrás dándole cuerda. Es la IA la que elige qué cosa absurda decirte. Y parece que a la gente le encanta.
La tecnología detrás de todo esto
Todo esto funciona gracias al mismo tipo de tecnología que usa ChatGPT, o sea, un modelo transformer que, en resumidas cuentas, es lo que permite que la IA pueda generar respuestas que parecen salidas de la boca de un humano (aunque a veces se pase de absurda). Y sí, hay un costo detrás de todo esto. Al final, «Der Postillon» paga por usar esta tecnología, pero no han dicho cuánto. Aunque, viendo el éxito que ha tenido, seguro no les pesa pagar lo que sea necesario.
Ah, y hay un detalle importante: después de tres preguntas, la conversación con DeppGPT se corta. O sea, te manda a recargar la página si quieres seguir hablando. ¿Por qué? Porque OpenAI se dio cuenta de que, a partir de la cuarta pregunta, la IA podía empezar a decir cosas aún más absurdas (como si no fuera suficiente con las tres primeras respuestas). Pero no te preocupes, el mismo DeppGPT te dice que si la conversación terminó es porque ni siquiera una máquina quiere seguir hablando contigo. Bien simpático el tipo.
¿Quién usa DeppGPT?
Pues, gente que tiene ganas de reírse o que simplemente quiere ver hasta qué punto puede llegar una IA siendo sarcástica. La mayoría de los usuarios están en Alemania (lógico, porque el sitio «Der Postillon» es de allá), pero cualquiera puede acceder. Es gratis, y eso siempre ayuda. La gente lo usa para entretenerse, para ver qué disparate les va a decir ahora. También es bastante popular en redes sociales, porque la gente comparte las respuestas más locas que les salen. ¿Y quién no quiere reírse un rato con algo así?
Pero no todo es diversión, porque hay quienes lo usan para practicar su alemán o incluso para buscar inspiración para escribir. ¿Te imaginas? Usar un chatbot sarcástico para escribir. Pero, bueno, cada uno con sus ideas.
¿Por qué DeppGPT es tan famoso en Alemania?
Bueno, lo de DeppGPT en Alemania no es casualidad. La razón es bastante simple: está asociado a «Der Postillon», un sitio de sátira que lleva años haciendo reír a la gente. Es un medio que, en resumen, hace noticias falsas, pero a propósito, en plan parodia. Entonces, cuando metieron un chatbot que también se ríe de todo y te da respuestas ridículas, era lógico que los fans de esa página iban a volverse locos con él.
Y claro, en Alemania eso funciona. Si lo hubieran lanzado en otro país, capaz que ni lo entenderían o no le encontrarían la gracia, pero los alemanes parecen tener ese humor particular que mezcla sarcasmo y ridiculez. Además, que sea gratis y cualquiera pueda probarlo lo convierte en un éxito instantáneo. La gente se ríe y comparte sus interacciones más absurdas en redes sociales, lo que hace que el círculo de usuarios crezca y crezca. Es un fenómeno.
Las cosas buenas de usar DeppGPT
De entrada, lo obvio: DeppGPT es divertido. Si lo que buscas es un rato de risas o te encanta el humor absurdo, este chatbot es perfecto para ti. No te va a resolver la vida ni mucho menos, pero si lo que quieres es que te diga tonterías, entonces dale una oportunidad. Además, está el tema del entretenimiento puro. Es como esos juegos que no tienen sentido pero igual los sigues jugando porque te hacen pasar el tiempo. Eso es lo que logra DeppGPT.
Otro punto que me parece interesante es que algunas personas lo usan para practicar alemán. Sí, ya sé que no es el uso más común, pero, oye, si te ayuda a soltar el idioma y te saca unas risas, ¿por qué no? Al final, es una forma poco convencional de interactuar con el idioma sin tomártelo tan en serio. Ah, y también hay gente que lo utiliza como fuente de inspiración para escribir cosas creativas. Quién sabe, capaz que una de sus respuestas raras te encienda alguna chispa para algo interesante.
Las cosas malas de DeppGPT
Pero ojo, no todo es risa. DeppGPT no es para todo el mundo. Si eres de los que se frustra fácilmente cuando no le dan respuestas serias, mejor ni lo abras. No te va a ayudar con nada útil. Es más, si te sale con una respuesta absurda cuando esperabas algo concreto, te vas a llevar un chasco. Y bueno, si intentas usarlo como una herramienta seria, te va a desesperar rápido.
Otra cosa es que el bot te corta la conversación después de tres preguntas. Y no es que puedas seguir hablando como si nada. No, tienes que recargar la página si quieres más. Es como si te dijeran: «Ya está bien de tonterías por ahora». Y claro, la primera vez es gracioso, pero si estás de verdad entretenido, puede llegar a fastidiar. A veces te quedas con ganas de ver hasta dónde podría llegar el absurdo, pero te corta en seco.
Y hay otro punto que no puedes dejar de lado: la privacidad. Es un chatbot, y como con cualquier otro servicio online, deberías tener cuidado con lo que compartes. Siempre es buena idea leer la política de privacidad antes de lanzarse a soltar información, porque nunca sabes realmente qué hacen con tus datos.
¿De verdad se puede usar DeppGPT para algo útil?
A ver, vamos a ser claros: no. DeppGPT no está pensado para ser útil en el sentido tradicional. Si lo que buscas es que te ayude con tareas, olvídalo. Este chatbot no tiene la capacidad de darte respuestas serias o prácticas. Lo suyo es el humor absurdo, y en eso es brillante. Pero para resolver problemas o conseguir información de verdad, hay opciones mucho mejores por ahí.
Ahora, si por «útil» entiendes algo más relajado, como practicar un idioma o encontrar inspiración para escribir, entonces sí, ahí puede tener sentido. Pero incluso en esos casos, no te tomes sus respuestas demasiado en serio. DeppGPT es más un entretenimiento que una herramienta. Todo depende de lo que estés buscando.
Entonces, ¿vale la pena usar DeppGPT?
Bueno, depende de lo que busques. Si lo tuyo es el humor absurdo, o si simplemente tienes curiosidad por ver cómo una IA puede responder de las maneras más raras posibles, entonces dale una oportunidad. Es gratis, no tienes nada que perder, y capaz te saca un par de carcajadas.
Pero si lo que necesitas es algo útil o te frustran las respuestas sin sentido, mejor ahórrate el tiempo. DeppGPT no es para todos. Es más bien un juguete, algo para pasar el rato, no una herramienta para resolverte la vida. Así que, en resumen, úsalo si quieres reírte, pero no esperes mucho más de él.