Vamos al grano. A Palmer Luckey, el tipo que antes todos conocíamos por el Oculus Rift, se le ha metido en la cabeza que los drones son el futuro de la guerra. Y la verdad, con los nuevos drones Bolt y Bolt-M que su compañía, Anduril Industries, acaba de presentar, no queda mucha duda de que va en serio. Estos drones no solo son capaces de realizar misiones de vigilancia, sino que uno de ellos —el Bolt-M— puede ser un verdadero kamikaze con explosivos. Sí, tal cual lo escuchas: un dron suicida.
Pero vamos con calma. A ver qué tan impresionante o preocupante es esto.
Los nuevos juguetes: Bolt y Bolt-M
Primero que nada, hablemos del Bolt. Este dron no viene con explosivos ni cosas raras. Está pensado para tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Lo curioso es cómo lo controlan, porque usan algo que parece salido de un videojuego: un dispositivo tipo Steam Deck con el cual puedes programar la ruta del dron como si estuvieras jugando al «Call of Duty«. Bastante futurista, ¿no?
- Rango de operación: 20 kilómetros. No está nada mal si lo comparas con algunos drones comerciales.
- Tiempo de vuelo: 45 minutos. Aunque no es lo mejor del mundo, es suficiente para que haga el trabajo y regrese a casa, al menos cuando no lleva explosivos.
Ahora, ¿el punto fuerte? El Bolt tiene «cerebro propio». Sí, una especie de inteligencia artificial que le permite seguir objetivos de forma autónoma, incluso si se meten entre los árboles. Vamos, como en las películas. Este bichito también puede detectar gente, vehículos y otros objetos del campo de batalla.
Bolt-M: El kamikaze de los drones

Ahora, vamos a lo que da más de qué hablar. El Bolt-M es como el hermano mayor del Bolt, pero mucho más agresivo. Porque mientras el Bolt solo se pasea y observa, el Bolt-M es capaz de lanzar ataques con hasta tres libras de explosivos. Es más, ese trasto se destruye a sí mismo al atacar, como un auténtico kamikaze. Vamos, que si lo ves venir, más te vale correr.
- Capacidad de carga explosiva: Hasta 3 libras. Suena poco, pero con eso puede hacer bastante daño, sobre todo si apunta a algo móvil.
- Peso total: Unos 15 libras cuando está cargado.
- Lo curioso: Puedes desarmarlo y llevarlo en una mochila. En unos cinco minutos está listo para despegar desde cualquier lado.
Según el video de Anduril, el Bolt-M puede atacar desde cualquier ángulo. Como si fuera una avispa con mala leche, encuentra su objetivo y se lanza sin piedad. Lo que hicieron para demostrar su poder fue simple: aniquilar una camioneta en cámara lenta. Y claro, luce muy impresionante y peliculero, pero ¿qué implica esto realmente?
Drones autónomos: Entre la fascinación y el terror

A ver, ¿qué tan impresionante o preocupante es todo esto? Pues bueno, las palabras «autónomo» y «explosivo» juntas no suelen dejar a nadie muy tranquilo. El Bolt-M no necesita estar siempre conectado con su operador humano; tiene algoritmos a bordo que le permiten golpear su objetivo incluso si pierde la conexión. Vamos, casi como si tuviera su propia «cabeza fría» para decidir qué hacer si lo dejan solo.
¿Y quién lo está probando? Pues ni más ni menos que los Marines de Estados Unidos, quienes van a recibir un número no revelado de estos drones para evaluarlos en los próximos seis meses. Así que, con un contrato de 6.5 millones de dólares firmado con el Departamento de Defensa, parece que la cosa va en serio. La pregunta es: ¿deberíamos sentirnos impresionados o asustados?
«Anduril también tiene otros acuerdos millonarios con el Departamento de Defensa», por ejemplo, un contrato de 250 millones de dólares para fabricar 500 drones Roadrunner. Estos están más centrados en interceptar y neutralizar otros drones más grandes, algo así como policías aéreos. Curioso, pero también inquietante.
¿Por qué los drones kamikaze son tendencia?
Desde hace un tiempo, los drones kamikaze se han convertido en el nuevo «juguete de moda» para los ejércitos. Y tiene su lógica: son baratos, efectivos, y permiten atacar sin poner a nadie en peligro (bueno, excepto a los del otro lado, claro). La cuestión es que estos avances están llevando la autonomía a un nivel que, para ser honestos, asusta un poco.
El Bolt-M es el ejemplo perfecto de hacia dónde vamos: pequeños, letales y capaces de funcionar casi solos. Ya lo vimos con el contrato de mil millones de dólares del ejército de Estados Unidos para los drones Switchblade, que también son kamikazes y probablemente serán usados para defender Taiwán si es que a China se le ocurre invadir. Así de sencillo y frío.
- Más contratos, más drones: Esto no es algo aislado. Las grandes potencias parecen estar apostando fuerte a los drones suicidas. ¿Por qué? Bueno, seamos sinceros, es más barato perder un par de drones que un pelotón de soldados. Cuentas frías, decisiones rápidas.
Bolt vs Bolt-M: ¿Qué tienen de diferente?
Característica | Bolt | Bolt-M |
---|---|---|
Tipo de misiones | Vigilancia y reconocimiento | Anti-personal y anti-material |
Peso | 12 libras | 15 libras (con carga explosiva) |
Carga explosiva | N/A | Hasta 3 libras |
Tiempo de operación | 45 minutos | 45 minutos |
Rango | 20 km | 20 km |
Autonomía | IA para seguir objetivos | IA para ataques autónomos |
Resumen: El Bolt es el explorador silencioso, mientras que el Bolt-M es el «pesado» que llega con la intención de hacer explotar cosas. Una combinación que, aunque interesante, deja a muchos cuestionándose hasta dónde llegará esta tecnología.
¿Tecnología que salva vidas o una nueva forma de riesgo?
Vamos a ser claros: Palmer Luckey y Anduril están apostando a que el futuro de la defensa está en tecnología autónoma, y, aunque a nivel tecnológico eso es impresionante, también abre un montón de preguntas sobre dilemas éticos. Porque una cosa es tener un dron vigilando y otra, muy distinta, es darle la capacidad de decidir si atacar o no cuando las comunicaciones fallan.
Y no nos engañemos: esto no es solo cuestión de tecnología militar. Las implicaciones para la seguridad y el uso civil de drones están a la vuelta de la esquina. Ya sabemos que, cuando una tecnología funciona bien en el campo de batalla, eventualmente acaba siendo utilizada de otras formas. Y no siempre para bien.
¿En serio necesitamos más drones capaces de tomar decisiones de ataque sin supervisión humana? Ahí es donde la línea entre la fascinación por la tecnología y el miedo se hace cada vez más delgada.
Resumen Rápido
- Palmer Luckey y sus drones Bolt y Bolt-M: Anduril presenta dos drones, uno de vigilancia y otro kamikaze.
- Bolt-M es capaz de lanzar ataques autónomos: Puede destruir objetivos con 3 libras de explosivos.
- Los Marines están probando estos drones: Recibirán varios para evaluación en los próximos meses.
- Tendencia creciente hacia los drones kamikaze: Baratos y efectivos, pero con dilemas éticos.
- IA para misiones autónomas: El Bolt y Bolt-M pueden operar sin necesidad de comunicación constante.
- Implicaciones futuras: ¿Hacia dónde vamos con este tipo de tecnología militar?
Preguntas Frecuentes
- ¿Qué diferencia hay entre el Bolt y el Bolt-M?
El Bolt está diseñado para vigilancia y reconocimiento, mientras que el Bolt-M es un dron kamikaze con capacidad de llevar explosivos y atacar objetivos. - ¿Cuál es la autonomía del Bolt-M?
Tiene una autonomía de 45 minutos y un alcance de 20 km. Además, puede atacar de forma autónoma incluso si pierde conexión con su operador. - ¿Cómo se controlan estos drones?
Los drones se controlan con un dispositivo similar a un Steam Deck, donde se puede programar la ruta y misiones de cada dron. - ¿Qué implicaciones éticas tiene esta tecnología?
La capacidad autónoma de estos drones plantea serias preocupaciones éticas sobre la toma de decisiones de ataque sin intervención humana directa. - ¿Quién está financiando el desarrollo de estos drones?
El Departamento de Defensa de EE.UU. ha otorgado contratos a Anduril Industries para desarrollar estos drones, incluyendo un contrato de 6.5 millones de dólares para los Bolt-M. - ¿Qué otras aplicaciones podría tener el Bolt-M?
Aunque está pensado para aplicaciones militares, podría ser utilizado en situaciones de control de otros drones, intervenciones en áreas peligrosas, o incluso operaciones civiles de alto riesgo, siempre y cuando los riesgos éticos y de seguridad sean considerados adecuadamente.